jueves, 28 de mayo de 2009

2 mayo de 2009. 8ª etapa: Arzúa-Santiago (43 kms.) Hasta aquí hemos llegado… por este año

Duermo regular, hoy es el gran día y el cuerpo lo barrunta. Desayunamos y tras hacer algún arreglo a las bicis, a la mía tuvimos que cambiarle un eslabón de la cadena que estaba medio roto, emprendemos la marcha con tranquilidad. La distancia es pequeña y el tiempo invita a disfrutar de la bici y del camino. Se nota la proximidad de Santiago, nos encontramos peregrinos cada 6 (2 por 3).
En el paso por un riachuelo los hermanos Zugasti deciden pasarlo por el agua en vez del paso habilitado y Pedro no debe calcular bien la distancia porque pone pie a tierra, bueno pie a agua, antes de tiempo. Tras reírnos un rato con esta anécdota seguimos por los bosques de eucaliptos sorteando peregrinos ¡buen camino! Me arranco por jotas segovianas y Julio me replica, los guiris nos miran sonriendo y alguien entre los eucaliptos nos jalea. Poco antes de empezar a subir Labacolla Pedro pincha, apaño rápido y de nuevo a pedalear con calma. Fotos por aquí y por allá, en una parada de fotográfica pierdo las gafas, y no me entero, menos mal que Julio llevaba unas de soldador que me hicieron apaño.
En el monte do Gozo nos ponemos las camisetas hechas para la ocasión y cuando ya nos duele el dedo de tanto hacer fotos emprendemos la marcha. Nueva parada para calmar un poco al estómago y ahora ya si, directos a Santiago. En el aire flota esa sensación de querer retardar la llegada como si quisiéramos que esto no se acabe. Tras dar un rodeo considerable por Santiago vamos llegando al Obradoiro. Una vez más se entrecruzan las ganas de terminar y descansar con el deseo de seguir, tremenda contradicción. Hacemos la entrada triunfal donde somos recibidos con aplausos y gritos de ¡¡¡campeones, campeones!!! por parte de las familias de Pedro y Juan. Entre tanto grito se oye una voz femenina: “Julio, Julio”, miramos y vemos a los peregrinos de Pola de Allande ¡joder con los andarines!Abrazos, besos, fotos y a comer que ya es tarde. La comida se prolonga hasta tarde Los Zugasti y familia se van al alojamiento que han alquilado en las afueras de Santiago mientras que Luis, Julio y yo vamos a una pensión que nos han recomendado en el restaurante. Una vez duchados y aviados, Julio y yo nos vamos de bureo por Santiago a ver como el Madrid palma “ostentoreamente” con el Barça y Luis se va a la catedral a ver correr el botafumeiro. Por la noche mariscada y a sobar. Ni siquiera nos fuimos a tomar una copa.

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