sábado, 31 de mayo de 2008

20 de mayo, martes. RABANAL DEL CAMINO-RUITELÁN


Un peregrino alemán y maleducado despierta a todo el mundo al tener la buena idea de encender las luces de la habitación para poder vestirse, los juramentos se han oído en varios idiomas. En el desayuno se habla de la Cruz de Ferro a la que se respeta pero no se teme, tras despedirnos de Isabel y las fotos de rigor salimos dispuestos a afrontar las rampas de Foncebadón y lo que caiga después.

El sol no tiene muchas ganas de aparecer lo que por una parte está bien, mejor subir sin que el Lorenzo te dé en el cogote. Foncebadón sin problemas y la Cruz de Ferro subiendola a ritmo tranquilo tampoco se atragantó, en la subida adelantamos y charlamos con un bicigrino muy especial: un chaval vasco tetrapléjico que está haciendo el camino en una bicicleta que mueve con las manos, después de ver todo el esfuerzo que está haciendo como nos vamos a quejar nosotros. Fue muy emocionante, también es digno de mencionar el amigo que le acompañaba.

En la cima cumplimos con el ritual de las piedras y de las fotos. Sellamos en Manjarín y la bajada la hicimos por carretera, teníamos ganas de sentir la velocidad en la cara así que nos lanzamos a toda leche y en un plis plas nos plantamos en Molinaseca, bonito pueblo con un puente precioso y unas calles estrechas.

En Ponferrada toca la compra de avituallamiento y visita a la ciudad, el centro está muy conservado y limpio, sellamos en el centro de información turística al lado del castillo. Hoy el pensamiento es llegar lo más cerca posible de O'Cebreiro pero sin forzar nada. Pasamos Cacabelos y a medio camino a Villafranca hay en un finca pegada al camino un montón de esculturas que llaman la atención, al acercarnos vemos que se trata del taller de un escultor del que no recuerdo su nombre, resulta curioso ver esas moles entre el verde de los viñedos.

Me gusta la llegada a Villafranca del Bierzo aunque antes hay algúna cuesta que nos hace sudar. Aquí hacemos parada y fonda: bocata contundente bien regado con cerveza (hay que recuperar las sales perdidas) y luego cafelito y helado que para eso hace sol. Tomás se queda a dormir aquí esta noche por circunstancias que no vienen al caso mientras que José Javier y yo seguimos avanzando otro poco mas. El camino va pegado a una carretera tranquila y siguiendo el cauce del río por lo que se ahce muy agradable, te da la opción de entrar en los pueblos o no, está muy bien señalizado. Es mejor ver un poco los pueblos y la gente además se hace más corto.

En Vega de Valcarce preguntamos en el albergue Brasil para quedarnos a dormir pero las condiciones y el tipo que nos atiende no nos convencen y seguimos hasta Ruitelán donde el ambiente del albergue Pequeño Potala nos parece mucho mejor. Cenamos todos los peregrinos juntos y me gustó, a mi lado tenía una canadiense que llevaba 7 caminos hechos, trabajaba un tiempo en su país y luego se venía a España, tambien había irlandeses, un par de chicas españolas y, como no, alemanes, está el camino plagado de ellos. Según nos han contado, un libro sobre el camino ha sido un éxito de ventas y eso ha animado a los alemanes a lanzarse al camino, como siga ese boom este verano lo van llenar todo. Después de cenar hemos ido a tomar café con uno de los hospitaleros y hemos coincidido con los irlandese que han cambiado el café por cerveza ¡¡¡cómo trasiega esta gente!!! jarritas de mas de medio litro. Mañana toca O'Cebreiro.

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