lunes, 19 de mayo de 2008

16 de mayo, viernes. VILLEGUILLO-CIGUÑUELA


Segovia, como buena madre nos despide llorando y Valladolid, vieja dama celosa nos recibe de la misma manera.
Toda la noche estuvo lloviendo y al levantarnos seguia igual. Cogemos caminos mojados pero ciclables incluso en los pinares, al teminar estos y llegar a la carretera decidimos ir por el caserio de Valviadero, el camino empieza a enducererse, cada vez mas barro hasta que se hace imposible circular encima de la bici. Pie a tierra y a empujar lo poco que se podia, parando cada poco para quitar el barro acumulado en las ruedas para poder moverlas. En el caserio encontramos una manguera y logramos dejar las burras en las condiciones justas para salir de alli, afortunadamente el camino es mucho mejor y en Alcazaren paramos para desayunar: cafe con leche, galletas, bocata de chorizo y botellin, por ese orden, tuvimos que hacer tiempo con las galletas hasta que llego con el pan la hija del dueño del bar.
Dejamos Alcazaren sin lluvia y por caminos buenos seguimos dandole a los pedales hasta que llegamos a una pista que parecia perfecta y lo era: una perfecta trampa de barro, atollados nosotros y las bicis: la cassette de los piñones era una perfecta bola de barro arcilloso, los cambios y los frenos tampoco se veian, desesperados pensabamos continuar a pie no sin antes rematar a las bicis para que no sufrieran. Decidimos atravesar un trigal para ver si un camino que sale a nuestra izquierda es ciclable, por suerte lo es, como podemos logramos trasladar las bicis de un camino a otro y a base de manos y del agua de los bidones limpiamos lo suficiente las bicis para que anden, ni siquiera nos atrevemos a cambiar y entre chirridos y ruidos extraños en las bicis llegamos a un pueblo que creiamos era Valdestillas y que resulto ser Matapozuelos, nos habiamos equivocado.
En una casa que estaba en obras nos dejan una manguera y medio limpiamos las bicis por segunda vez en el dia. Tras una barritas y unos frutos secos decidimos tirar por carretera, a la salida de Serrada, Jose rompe la cadena por si nos faltaba algo, nos acercamos andando hasta una gasolinera poxima y caundo estamos manos a la obra un mecanico de un taller enfrente de la gasolinera nos ofrece engrasar las bicis, tras reparar la cadenas nos acercamos a susodicho taller y cuando ve el estado lamentable de las bicis no sacar la lanza de lavar los coches y se nos abre el cielo, las dejamos a punto de caramelo, limpias y engrasadas. De nuevo por carretera hasta Simancas donde retomamos el camino hasta Ciguñuela, este tramo es espectacular, ligeramente ondulado entre un mar verde de cereales y sin dejar de ver al fondo la torre de Ciguñuela, tras remonta un repechon entramos en el pueblo, vamos al espectacular albergue y despues de asearnos a cenar un exquisito solomillo "porque yo lo valgo".
Quiero dar las gracias al pueblo de Villeguillo por su acogida y en especial al teniente alcalde, no recuerdo su nombre y al secretario por permitirme utilizar el ordenador del ayuntamiento para escribir la anterior entrada.

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