domingo, 17 de junio de 2012

28 de Abril de 2012, sábado

TORO - GRANJA DE MORERUELA


Amanece el día oscuro, sin lluvia pero frío, nos despedimos de Rosario dándole las gracias por la impagable hospitalidad que nos han brindado y sin más emprendemos camino, seguimos el trazado señalizado pasando por la enorme Granja Florencia, que debió conocer tiempos mejores, hoy está algo descuidada según parece desde la carretera, llegamos a Villalazán que nos recibe con un agradable olor a leña quemada aunque no vemos a ninguna persona por las calles ¡que raro con el tiempo tan agradable que hace!

Un poco antes de entrar en Villaralbo nos detenemos a observar una suerte de finca con hechuras de fortaleza medieval llena de estatuas de caballeros con armadura y protegida por varios perros que no paran de ladrar, pienso por un momento que quizás sea uno de esos lugares especializados en bodas temáticas o algo parecido, desde luego llama la atención. En el pueblo hay mas vida que en el anterior y un hombre que viene de comprar el pan nos aconseja ir por una carreterilla que apenas se usa y que lleva directamente a Zamora y más concretamente al puente de hierro sobre el Duero. Es cierto en menos de media hora llegamos.

Recorremos un poco la ciudad, vamos al albergue para sellar y lo encontramos cerrado como es lógico a esas horas. Preguntamos por una tienda de bicis porque me toca entrar en boxes, el cambio trasero de mi bicicleta había proclamado su independencia y cambiaba de piñón a su antojo. Nos indican una cerca de la plaza Mayor, de nombre La Madrileña, nos atiende enseguida, todavía no hay muchos clientes y se pone manos a la obra, observa que el desviador del cambio delantero tampoco está muy bien y que las pastillas traseras rozan en el disco, ya decía yo que me costaba mucho avanzar, jejeje, total que nos dice que le va a llevar algo de tiempo pues empiezan a entrar clientes, nos dice que volvamos a la una, lo dejamos en sus manos y nos vamos a hace turismo, la catedral y alrededores, la plaza Mayor y ¡cómo no! la famosa estatua de Viriato, que si se mira desde un ángulo determinado deja en ridículo al mismísimo Nacho Vidal. Volvemos a la hora acordada a recoger las burras, Tomás ha aprovechado para tunear la suya y ha puesto un guardabarros, un cuentakilómetros y un timbre, y como se ha hecho la hora de comer nos vamos al bar Los Abuelos, recomendado por un amigo de Tomás, donde nos metemos entre pecho y espalda una ración de mollejas y otra de oreja, eso si, sin darnos importancia.

Callejeamos un poco por Zamora hasta coger la Avenida de Galicia que nos lleva primero por carretera y luego por camino, que aunque mojado está en buenas condiciones de ciclabilidad, a Roales del Pan donde en el jardín de una de las primeras casas nos sorprende un todo un zoo en plan fallero. Sin más continuamos hacia Montamarta donde nos detenemos a ver la famosa estatua del Zangarrón, en la iglesia hay gente preparándola con flores y otros adornos, pensamos que para las comuniones. Al pasar por el puente sobre la cola del pantano del Ricobayo contemplamos los estragos de la sequía, donde hace 2 años había agua en cantidad, Pedro se pegó allí un buen baño, hoy hay gente paseando y ovejas pastando.

El trazado del AVE a Galicia está afectando al camino y en algunos sitios lo han desviado alternando carretera y tierra, pasamos al lado de las ruinas de Castrotorafe en Fontanillas de Castro y en dos pedaladas llegamos a Riego del Camino donde pensamos pernoctar, un paisano nos indica donde está el albergue, le echamos un vistazo y entre que a Tomás le recuerda la casa de la tía Visita, que los fulanos que están allí no nos gustan mucho, especialmente uno que me pregunta en inglés que si está bien, y que son las 4 de la tarde y hace buen tiempo, decidimos ir a Granja de Moreruela así avanzamos algunos kilómetros más como previsión por si más adelante hacemos alguna etapa más corta. Según avanzamos por la pista de tierra se empiezan a ver algunos nubarrones negros que barruntan agua, empezamos a cavilar si nos volveremos a mojar o no, finalmente llegamos al albergue de Granja de Moreruela cuando las primeras gotas empiezan a caer, comentamos que esta vez nos hemos librado por poco.

 La primera en la frente, nos dice la moza encargada del albergue y del bar anexo que está completo, miramos los apuntes y vemos que el siguiente albergue, Faramontanos de Tábara, nos pilla ya un poco lejos, más de 18 kms., así que preguntamos a la chica por alojamiento alternativo y nos dice que la casa rural que hay en el pueblo está completa pero que a 2 kms. hay un hostal. Barajamos la opción de volver a Riego pero dado lo amenazante del cielo, optamos por el hostal, la chica del bar no tiene el teléfono y no viene o no lo encuentra en la guía, finalmente un paisano nos lo proporciona. Llama Tomás y ajusta el precio, 15€ per cápita. Sin más demora, y antes de quedarnos fríos nos lanzamos a la carretera, a los pocos segundos empieza a caer agua como si nunca lo hubiera hecho, los 2 kms nos parecen 20, llegamos al hostal Asturias empapados donde nos asignan una habitación que no pasaba la más mínima inspección con los enchufes sin los embellecedores, el cable de la antena había que apartarlo cada vez que se abría o cerraba la puerta. Alegando que hacía frío pedimos un calefactor para secar un poco la ropa y nos traen uno que solo echaba aire, al final una empleada nos trae otro acorde con la habitación, no tenía la protección de la resistencia así que había que andar con ojo para no liarla parda. Tras montar el tenderete de la ropa y asearnos hablamos con el encargado del local para intentar ajustar un poco el precio, al final por un total de 50€ tenemos “habitación” y cena, según el empleado a reventar, con parrillada incluida. Un par de cervezas y a cenar, hay que reconocer que la cena no está nada mal: Revuelto de champiñones y pimientos del piquillo, un par de platos cada uno, y 3 hermosas piezas de carne a la parrilla que estaban deliciosas, como somos gente de juicio no repetimos a pesar de la insistencia del camarero, postre, café y chupitos, pagamos y a dormir que nos los habíamos ganado.

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