TORO - GRANJA DE MORERUELA
Amanece el día oscuro, sin lluvia pero frío, nos
despedimos de Rosario dándole las gracias por la impagable hospitalidad que nos
han brindado y sin más emprendemos camino, seguimos el trazado señalizado
pasando por la enorme Granja Florencia, que debió conocer tiempos mejores, hoy
está algo descuidada según parece desde la carretera, llegamos a Villalazán que
nos recibe con un agradable olor a leña quemada aunque no vemos a ninguna
persona por las calles ¡que raro con el tiempo tan agradable que hace!
Un poco antes de entrar en Villaralbo nos detenemos
a observar una suerte de finca con hechuras de fortaleza medieval llena de
estatuas de caballeros con armadura y protegida por varios perros que no paran
de ladrar, pienso por un momento que quizás sea uno de esos lugares
especializados en bodas temáticas o algo parecido, desde luego llama la
atención. En el pueblo hay mas vida que en el anterior y un hombre que viene de
comprar el pan nos aconseja ir por una carreterilla que apenas se usa y que
lleva directamente a Zamora y más concretamente al puente de hierro sobre el
Duero. Es cierto en menos de media hora llegamos.
Recorremos un poco la ciudad, vamos al albergue
para sellar y lo encontramos cerrado como es lógico a esas horas. Preguntamos
por una tienda de bicis porque me toca entrar en boxes, el cambio trasero de mi
bicicleta había proclamado su independencia y cambiaba de piñón a su antojo.
Nos indican una cerca de la plaza Mayor, de nombre La Madrileña, nos atiende
enseguida, todavía no hay muchos clientes y se pone manos a la obra, observa que
el desviador del cambio delantero tampoco está muy bien y que las pastillas
traseras rozan en el disco, ya decía yo que me costaba mucho avanzar, jejeje,
total que nos dice que le va a llevar algo de tiempo pues empiezan a entrar
clientes, nos dice que volvamos a la una, lo dejamos en sus manos y nos vamos a
hace turismo, la catedral y alrededores, la plaza Mayor y ¡cómo no! la famosa
estatua de Viriato, que si se mira desde un ángulo determinado deja en ridículo
al mismísimo Nacho Vidal. Volvemos a la hora acordada a recoger las burras, Tomás
ha aprovechado para tunear la suya y ha puesto un guardabarros, un
cuentakilómetros y un timbre, y como se ha hecho la hora de comer nos vamos al
bar Los Abuelos, recomendado por un amigo de Tomás, donde nos metemos entre
pecho y espalda una ración de mollejas y otra de oreja, eso si, sin darnos
importancia.
Callejeamos un poco por Zamora hasta coger la
Avenida de Galicia que nos lleva primero por carretera y luego por camino, que
aunque mojado está en buenas condiciones de ciclabilidad, a Roales del Pan
donde en el jardín de una de las primeras casas nos sorprende un todo un zoo en
plan fallero. Sin más continuamos hacia Montamarta donde nos detenemos a ver la
famosa estatua del Zangarrón, en la iglesia hay gente preparándola con flores y
otros adornos, pensamos que para las comuniones. Al pasar por el puente sobre
la cola del pantano del Ricobayo contemplamos los estragos de la sequía, donde
hace 2 años había agua en cantidad, Pedro se pegó allí un buen baño, hoy hay
gente paseando y ovejas pastando.
El trazado del AVE a Galicia está afectando al
camino y en algunos sitios lo han desviado alternando carretera y tierra,
pasamos al lado de las ruinas de Castrotorafe en Fontanillas de Castro y en dos
pedaladas llegamos a Riego del Camino donde pensamos pernoctar, un paisano nos
indica donde está el albergue, le echamos un vistazo y entre que a Tomás le
recuerda la casa de la tía Visita, que los fulanos que están allí no nos gustan
mucho, especialmente uno que me pregunta en inglés que si está bien, y que son
las 4 de la tarde y hace buen tiempo, decidimos ir a Granja de Moreruela así
avanzamos algunos kilómetros más como previsión por si más adelante hacemos
alguna etapa más corta. Según avanzamos por la pista de tierra se empiezan a
ver algunos nubarrones negros que barruntan agua, empezamos a cavilar si nos
volveremos a mojar o no, finalmente llegamos al albergue de Granja de Moreruela
cuando las primeras gotas empiezan a caer, comentamos que esta vez nos hemos
librado por poco.
La primera en la frente, nos dice la moza encargada del
albergue y del bar anexo que está completo, miramos los apuntes y vemos que el
siguiente albergue, Faramontanos de Tábara, nos pilla ya un poco lejos, más de
18 kms., así que preguntamos a la chica por alojamiento alternativo y nos dice
que la casa rural que hay en el pueblo está completa pero que a 2 kms. hay un
hostal. Barajamos la opción de volver a Riego pero dado lo amenazante del
cielo, optamos por el hostal, la chica del bar no tiene el teléfono y no viene
o no lo encuentra en la guía, finalmente un paisano nos lo proporciona. Llama
Tomás y ajusta el precio, 15€ per cápita. Sin más demora, y antes de quedarnos
fríos nos lanzamos a la carretera, a los pocos segundos empieza a caer agua
como si nunca lo hubiera hecho, los 2 kms nos parecen 20, llegamos al hostal
Asturias empapados donde nos asignan una habitación que no pasaba la más mínima
inspección con los enchufes sin los embellecedores, el cable de la antena había
que apartarlo cada vez que se abría o cerraba la puerta. Alegando que hacía
frío pedimos un calefactor para secar un poco la ropa y nos traen uno que solo
echaba aire, al final una empleada nos trae otro acorde con la habitación, no
tenía la protección de la resistencia así que había que andar con ojo para no
liarla parda. Tras montar el tenderete de la ropa y asearnos hablamos con el
encargado del local para intentar ajustar un poco el precio, al final por un
total de 50€ tenemos “habitación” y cena, según el empleado a reventar, con
parrillada incluida. Un par de cervezas y a cenar, hay que reconocer que la
cena no está nada mal: Revuelto de champiñones y pimientos del piquillo, un par
de platos cada uno, y 3 hermosas piezas de carne a la parrilla que estaban
deliciosas, como somos gente de juicio no repetimos a pesar de la insistencia
del camarero, postre, café y chupitos, pagamos y a dormir que nos los habíamos
ganado.
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